sábado, 4 de octubre de 2014

Los golpes no enseñan

Las leyes de la selva se dejan allí.
Hoy la atención territorial futbolística se la llevará el reñido final de la etapa clasificatoria del Campeonato Provincial de Primera Categoría, que en su edición 37 disputará su séptima fecha. No obstante, el miércoles último la violencia desplazó al esfuerzo, la historia y el espectáculo deportivo.

Históricas son las justas provinciales de mayores pues, desde 1978, Holguín las organiza, incluso en medio de dificultades económicas. La mayoría con los equipos viajando, como sólo lo hace el béisbol, y esta temporada garantizando mejor alimentación. Llevando jornadas hasta “Frank País” o la localidad calixteña de San Agustín, y reuniendo mucho público en los terrenos. Planificando el combustible litro a litro, para que se muevan las escuadras.

Sin embargo, en “Urbano Noris”, en el encuentro entre locales y holguineros, un jugador sangermanense (con antecedentes de indisciplina) agredió a un árbitro y a un contrario, y algunos aficionados tiraron piedras, provocando la intervención de los compañeros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). La “guapería” se puso guantes en Banes, donde dos rivales fueron expulsados, tras golpearse mutuamente, y la cuarteta arbitral recibió ofensas. En Gibara, faltó poco para que un juez de línea soportara una pedrada de un futbolista gibareño, y los cayomambiseros – deportistas y cuerpo técnico – decidieron no trasladar en su transporte a los colegiados desde La Villa Blanca, que llegaron tarde y cansados al municipio cabecera.

Aunque se sabe que nuestro arbitraje tiene deficiencias (nacionalmente también es así), nadie puede insultarlo, protestarle de manera airada o lanzarle puñetazos. Los encargados de impartir justicia – hay mujeres en ese grupo – trabajan por una baja remuneración, y lo hacen en rectángulos donde su seguridad depende del comportamiento de los aficionados y el apoyo de las autoridades deportivas y la PNR, porque tenemos contadas sedes bien cercadas. Resulta inadmisible que en los medios de transporte de los planteles viajen a veces individuos que luego ingieren bebidas alcohólicas y se “bestializan”.

El desconocimiento del Reglamento por parte de personas involucradas en el desarrollo de la lid provoca también situaciones desagradables. Wilfredo Biset, director técnico del seleccionado de Las Panteras, afirmó: “Tenemos que hacernos respetar como entrenadores, se debe preparar al conjunto para ganar y tener visión de juego, sin caerle encima al árbitro”.

En una reunión de la Comisión Técnica holguinera, Ramón Rodríguez, historiador del fútbol del territorio, alertó sobre la gravedad de los sucesos en “Urbano Noris”, ya que se suspendió el partido en el minuto 71 y por primera vez hubo que tomar esa decisión. Si unos cuantos jugadores y adiestradores entrenan niños y niñas, cómo es posible que tiren por la borda la labor educativa, incitando a la violencia o volviéndose gladiadores.

Ni siquiera en tatamis, cuadriláteros o colchones se puede llegar a agredir. Teófilo Stevenson noqueó a contrarios a los cuales después seguía sobre el ring, hasta verlos recuperados. Querer triunfar entraña humanismo y respeto. Las leyes de la selva se dejan allí. La fortaleza del buen comportamiento es sólida. Golpes e improperios no enseñan. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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