martes, 6 de mayo de 2014

Que cada cual grite su ¡goool!

“Tenemos que tener orgullo de mostrar (…) 
lo que es ese encuentro de civilizaciones,
 esa mezcla extraordinaria de 
indio, de negro y de europeo
 que dio en esa cosa bonita que somos”
 Luiz Inácio Lula da Silva 
Foto: Cortesía del entrevistado.
Brasil lloró en el Maracaná. Fueron lágrimas de fútbol. Desconsuelo total en el país organizador del Mundial. Desde aquel 16 de julio de 1950 cuando, al decir de Jules Rimet, entonces presidente de la FIFA, “todo estaba previsto, excepto el triunfo de Uruguay”, el Scratch espera ser profeta en su tierra. 

Pero la vida da segundas oportunidades. El Gigante Sudamericano es motivo de admiración para Latinoamérica, pues el conteo regresivo se acorta. El 12 de junio ocurrirá una detonación de júbilo global. Los brasileños serán responsabilizados. La Copa del Mundo es un acontecimiento para el cual el anfitrión recorre un largo trayecto preparatorio, casi nunca exento de señalamientos e imprevistos. De esos tampoco ha escapado la nación de la samba, las telenovelas y el pulmón amazónico. La que quisiera cambiarles el “estereotipo” a las favelas. 

Cesário Melantonio Neto, embajador de la República Federativa de Brasil en La Habana desde enero de 2014, respondió a un cuestionario de ¡ahora! – vía telefónica y en colaboración con Radio Angulo – cuyo fin fue el de conocer interioridades del máximo evento balompédico a nivel de selecciones nacionales y uno de los dos más importantes en el plano deportivo. Los dejamos con “la previa”. Que cada cual grite su ¡goool! Ya habrá tiempo para jonronear. 

¿Son los retrasos en las obras constructivas una amenaza seria para el exitoso desarrollo de la justa? 
-No, se maximizan demasiado, no son ninguna amenaza seria, todo estará listo a tiempo. 

¿Cree que manifestaciones como las ocurridas antes y durante la celebración de la Copa Confederaciones pudieran repetirse en los días mundialistas? 
-Como solemos expresar en Brasil, no tengo una bola de cristal para prever el futuro, eso no se puede saber. 

¿Cómo se trabaja el tema de la inseguridad en las ciudades sedes, principalmente en Río de Janeiro? 
-Sí, se está trabajando con todas las fuerzas policiales, no solo la Policía Civil, la Policía Militar, más las Fuerzas Armadas del Ministerio de la Defensa. 

A menos de 40 días de que ruede Brazuca (así bautizaron a la esférica oficial), ¿está avanzada la infraestructura de apoyo y logística, en pos de acoger a las 32 selecciones y visitantes? 
-Como usted mismo dice, todavía tenemos más o menos mes y medio para terminar. Y te respondo igual que en la primera pregunta, todo estará hecho para el partido de apertura entre Brasil y Croacia. 

¿Cuánto ha cambiado su país, desde que se le otorgó en 2007 la organización del evento? -Mucho, hubo una mayor y mejor distribución de la renta (manera en que se reparten los recursos materiales, frutos de la actividad económica) desde el primer mandato del presidente Lula, algo que tuvo continuación en el segundo periodo de este, y luego en los tres años y poco de la presidenta Dilma (Rousseff). Durante ese tiempo se ha logrado disminuir la pobreza. Se igualó bastante la renta entre los diferentes estados, porque existía una gran disparidad regional. Te puedo afirmar como dice un gran escritor y músico brasileño, sin citar el apellido, que es un hombre del nordeste, uno de los territorios más pobres, “hace 10 u 11 años, cuando él llegaba a su pueblo natal y salía del coche, 40 pequeños le iban a pedir dinero, ahora hace lo mismo y nadie va a su encuentro”. 

¿Cómo espera la población brasileña el quinto Mundial en Sudamérica? 
 -Después de 64 años esperamos organizar un Mundial que salga bien, como saldrá la infraestructura. Que todo funcione y haya seguridad para los participantes, tanto para brasileños como extranjeros, y que no aparezca ningún tipo de violencia, ni dentro, ni fuera del campo de juego. 

¿Cuál será el futuro de las inversiones que se acometen para la realización de la magna cita futbolera? 
-Bueno, Brasil es un país donde el fútbol ocupa un lugar muy significativo, mucho mayor que en otras latitudes. Los estadios hechos o reconstruidos tienen futuro, porque siempre el público quiere ver fútbol. Las obras de infraestructura, en torno a los estadios, ayudarán a la movilidad urbana en las 12 ciudades que recibirán partidos. 

¿Qué pudiera hacerse en las jornadas del Mundial, en función de hacer frente a demostraciones de racismo que todavía resurgen en las canchas? 
-Eso ya está decidido, sin dudas, la propia presidenta Dilma mencionó, en diversas entrevistas a la prensa brasileña y extranjera, que unos de los temas principales será la lucha contra el racismo. Aprovecharemos esta ocasión de encuentro, en junio-julio, con la prensa global, para combatir el racismo en Brasil e internacionalmente. 

¿Ha encontrado en Cuba mucha expectación respecto a la próxima lid que organizarán del 12 de junio al 13 de julio? 
-Sí, muy grande, por ello hoy (ayer) en la mañana tuvimos una reunión importante, acá en la embajada, con representantes de varias empresas brasileñas, para organizar varios tipos de celebraciones que vamos a tener no solo en La Habana, también fuera, cada vez que juegue la selección brasileña. 

¿Asimilará Brasil otro Maracanazo o el optimismo prevalece, aun cuando se conoce la altísima calidad de los rivales? 
-Para que ocurra otro Maracanazo tendríamos que volver a enfrentar a Uruguay en la final, como en el ‘50. No sé si se dará. Otro rival sería otra historia, pues la que se ha conservado en la mente de los brasileños de más edad es exactamente la del encuentro ante los uruguayos. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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