jueves, 22 de marzo de 2012

Las hijas de la cancha / Nelson Alejandro Rodríguez Roque

Yaniset González
Se me ocurre que, “Comienzan los noventa minutos del deporte más hermoso del mundo”, la frase estrella de un conocido narrador internacional, se corresponde en gran medida con la presencia creciente de “faldas” sobre el césped. Cuál otra razón tendría Luis Omar Tapia para introducirse en la estética balompédica. ¿Será un piropo indirecto?

No es que a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) se le estén cayendo los pantalones; pero ellas tienen sus ídolos y Copas Mundiales o torneos olímpicos, y en los estadios también encuentran a los hombres fuera de lugar, los advierten o les sacan “la roja”. ¡ahora! conoció a dos mujeres que son las únicas juezas del territorio con participación en Campeonatos Nacionales (Primera Categoría) masculinos, algo, incluso en estos tiempos de veneración hacia la igualdad de género, difícil de lograr en cualquier liga élite del planeta.

Yaniset González y Yarisbel Rodríguez, exatletas del “Más Universal”, respondieron a un llamado de la Comisión Provincial, en función de darle un toque femenino al arbitraje. Fueron motivadas y luego asesoradas por Ramón Rodríguez, actualmente encargado, junto a Pastor Manduley, de la docencia para los que imparten justicia en Holguín. Estas amigas ya trabajaron juntas en enero último, durante la lid de la provincia de mayores.

“A mí siempre me gustó esta disciplina. No era mi favorita pero la veía y seguía. Al terminar mi etapa como juvenil (practicó balonmano) me inserté en el primer equipo holguinero en un certamen nacional. Me preocupaba por aprender el Reglamento, para poder jugar mejor y comprender a los colegiados. Fui capitana del plantel y me dedicaba a esclarecerles dudas a las compañeras que provenían de otros deportes sin pelota”, expresó Yaniset González, quien llegó a alcanzar la categoría de árbitro internacional FIFA (como auxiliar) en 2009, mas cumplió misión internacionalista en Venezuela y no pudo revalidar esa condición, la cual se ratifica o no mediante exigentes exámenes teóricos y físicos anuales, y requiere de una presencia activa en faenas arbitrales.

Yarisbel Rodríguez
El entusiasmo “picó” a Yarisbel Rodríguez cuando observó a Yaniset bandera en mano en un partido en “Rafael Freyre”. Con su familia nunca ha tenido problemas de incomprensión. Antes había sido receptora en el béisbol. La joven, madre de un bebé de dos años y entrenadora en el Combinado Deportivo de Pueblo Nuevo, apuntó que el fútbol es muy beneficioso, específicamente para la salud. Corre por las tardes, hace muchos abdominales y lee el Reglamento todos los días, pues será puesta a prueba en el curso internacional FIFA en junio, en La Habana.

“Me emocioné al comunicárseme que podía actuar como linier el pasado 7 de marzo, en un choque entre Villa Clara y Granma, en Media Luna. Fui sin miedo, apoyada por mis compañeros. La gente te dice muchas cosas, pero me concentro. Los jugadores cuando una lo hace bien nunca se te acercan y, si ocurre lo contrario, tampoco te irrespetan. Ese día no tuve problemas ni con ellos, ni con los entrenadores. Si me equivoco, trato de quitarme presión de mi mente, para pensar poco en lo que hice mal y no volver a errar”, manifestó la segunda holguinera que se desempeñó por las bandas en la máxima categoría del país; en 2007, la afición guantanamera fue testigo del debut de Yaniset.

“Compartí en varios eventos con mujeres árbitros de experiencia y me dedicaba a verlas decidir, en especial a Irasema Aguilera (referee internacional FIFA) , pues fuera y dentro del terreno te orienta y transmite tanta confianza, que una se olvida de cualquier posible desliz. Funcionábamos como una familia. Cuando me indicaron que tenía que trabajar con ellas, me dije: ‘¡Hay mi madre!’. Pero me ayudaron y todo salió de lo mejor. Volví a encontrármelas en un torneo juvenil. He actuado también con hombres y no he sentido ninguna diferencia en el trato hacia mí. Las reglas las repasaba cada veces que me reunía con los otros integrantes de la cuarteta. En los viajes largos, nos hacíamos preguntas de distintas situaciones de juego”, afirmó Yaniset, graduada de licenciatura en Cultura Física y profesora de la Escuela Provincial de Educación Física (EPEF).

Ambas se refirieron al negativo hecho de que algunos padres les dicen a sus hijas que el fútbol es de “marimachos” y sacan a las niñas de las áreas por ese prejuicio. Aclararon lo perjudicial de catalogarlo como una preferencia de riesgo, dañino para la figura de las pequeñas y su desarrollo biológico.

Sugirieron que sería prudente armar una cuarteta femenina en la provincia – hay otras cinco muchachas preparadas –, porque hay territorios que la poseen, para que se aprecie el avance y salgan al rectángulo en Banes u otras sedes, como el municipio cabecera y Cueto. Según ellas, el público, en casos excepcionales, ofende desde las gradas, un comportamiento deplorable, cuya existencia empaña la buena conducta de la mayoría de los seguidores.

En 2010, tres féminas “pitaban” en Campeonatos de la Isla (Primera Categoría), del sexo masculino. La cifra ha aumentado de allá hasta acá; aunque, independientemente de los números, las autoridades del balompié seguirán favoreciendo la inserción y la tolerancia. A Yaniset se le secaron las lágrimas de un entretiempo lejano y Yarisbel se ríe cuando le vociferan gordita. Total, esto es para todos y todas.

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