jueves, 10 de noviembre de 2016

¿Beisbofobia?

Foto: AP Photo
Por más que me guste el fútbol (y me gusta bastante y lo he practicado mucho), no entiendo por qué tanto bombardeo balompédico en la televisión cubana, en detrimento de nuestro deporte nacional. En medio de los play off de las Grandes Ligas, se ha transmitido muy poco de ese tema, y estoy seguro que es porque hay muchos cubanos involucrados en la postemporada; pronto se quedarán sin materiales, pues ya casi no hay equipo en La Gran Carpa o de los campeonatos invernales del Caribe que no tenga peloteros de la Isla en su nómina.

En el juego entre Holguín e Isla de la Juventud (el tercero de los comodines), en los entreinnnings, los anuncios sobre fútbol fueron más de un 50 por ciento del total y quizás me equivoque por defecto. No estoy en contra del Más Universal, creo que un espaldarazo televisivo contribuirá a su desarrollo en Cuba: bueno es lo bueno, pero no lo demasiado… 

Sin quitarle un punto y una palabra, o añadirle una tilde, esto fue lo que publiqué en mi muro de Facebook hace unos días, al darme cuenta de las omisiones horribles que se cometían. Enseguida varios comentarios me llegaron, todos en consonancia con lo expuesto, todos opuestos a tanto mutismo.

Luego, con mucha responsabilidad, me indigné cuando vi el escandaloso silencio (algo paradójico) de Tele Rebelde respecto a la Serie Mundial, pues, aparte de que no habían transmitido ningún juego y parece que Béisbol Internacional abanicó – desapareció de la parrilla –, visualizaron en Meridiano Deportivo un resumen del quinto choque entre Cachorros e Indios y obviaron el relevo del holguinero Aroldis Chapman (ocho outs), el cual selló la victoria de los de Chicago.

Fue una edición televisiva que dejó mucho que desear. A veces es mejor quedarse silente. Tampoco informaron debidamente. Es justo decirlo: Radio Angulo había dado la noticia completa en la mañana.

Solo al final de la discusión del título hicieron mención en el Noticiero Nacional Deportivo a que Chapman había ganado el séptimo pleito e incluso incluyeron su nacionalidad cubana (para mí una redundancia). Un amigo me comunicó su incomodidad, cuando vio a los comentaristas de Meridiano Deportivo disertar sobre Joe Maddon, mánager de los Cubs, o Kris Bryant y Kyle Schwarber, jugadores campeones, ya que la mayoría de los cubanos es poco ducha en esa materia, porque solo por el “paquete” puede acceder ahora a lo ligamayorista. 

No se trata de declararle la guerra al fútbol, mas es que le estás restando popularidad al béisbol, al poner a competir a la Serie Nacional, venida a menos en la etapa reciente, contra la Bundesliga, el Calccio, la Liga Española, la Premier League o un clásico tan fenomenal como el Argentina-Brasil.

Qué se siga transmitiendo balompié, eso está bien, lo que está mal es que coloques en la misma balanza a Messi y Freddy Asiel Álvarez, a Cristiano y hasta Víctor Mesa. Las principales ligas del mundo tienen un respaldo publicitario mayor, visible en Cuba a través de memorias flash, Internet (con mucha fuerza en las redes sociales) y en las instalaciones donde la televisión foránea está las 24 horas.

Con qué moral decimos que ya no jugamos tanta pelota en el país, si las ofertas beisboleras han decaído en cuanto a transmisiones de partidos de calidad, y a eso súmele la cantidad de implementos que se necesitan para batear y pitchear, y lo caro y escasos que están.

Es paranoico el desconocer lo que sucede en el mundo, solo por el hecho de que en esos espectáculos deportivos haya cubanos que residen fuera del Archipiélago. Por un lado te haces el de la vista gorda, y por otro Telesur difunde de todo, desde “Candelita” Iglesias hasta “Pito” Abreu o Puig. Panorama Deportivo, de Radio Rebelde, ha crecido en audiencia: habla sin pelos en la lengua, sin callar verdades. 

Como leí recientemente en una opinión, qué pasará si el Real Madrid o el Barcelona fichan a algún criollo… ¿empezarán los tijeretazos?, ¿terminará la “futbolmanía”?. Es la niñez la que está perdiéndose a los ídolos peloteros y es ella la que a la vuelta de unos años (puede que sea un hecho) preferirá el escudo del Barza, por sobre el “10” de Omar Linares. Que conste, abogo por el equilibrio, tanto uno como otro deporte merecen atención.

¿Por qué dejar vacíos informativos, creyendo que los aficionados somos meros espectadores y no generadores de criterios? ¿Cuántos fines de semana más nos esperarán repletos de goles, ajenos a los jonrones? Son otros tiempos, otras mentalidades, entiéndase. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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