martes, 30 de octubre de 2012

Apta hasta para diabéticos

La Liga Azucarera, espectáculo participativo.
Aunque desde hace algunos años, el estadio Delfín Fuentes Cano, de Tacajó, no recibe partidos de las Series Provinciales o Nacionales, sus lastimadas gradas y el añoso terreno dieron cabida a más de 2 mil baguanenses que apoyaron en cada encuentro a los peloteros de la Empresa Azucarera (EA) Fernando de Dios, los cuales, como triunfadores territoriales, representaron a Holguín en la XXXII edición de la Liga Azucarera – en su etapa nacional – , uno de los eventos más distintivos de la base beisbolera, esa que ahora se pretende rehabilitar en todo el sentido de la palabra, luego de haber sido relegada por mucho tiempo.

Como principal objetivo de este torneo, según un documento del Sindicato Nacional del sector azucarero, figura “la mejora constante de la calidad de vida de los trabajadores y sus familiares y pobladores de los bateyes y comunidades”. Propósito asegurado, visto desde la óptica del desarrollo de las primeras fases, a cargo de las UEB holguineras, entre abril y junio – participaron 54 elencos y 972 atletas –, y el Campeonato Provincial, con la asistencia de cinco EA, de donde salió airosa la “Fernando de Dios”, única monarca del país de nuestra provincia, en 1989; aunque por detrás en cuanto a coronas provinciales, 11 por 13, frente a su similar de la “Cristino Naranjo”, líder en este aspecto, según el colaborador Arquímides Sarmiento, uno de los que disfruta cada instancia del mayor pasatiempo de los cubanos, en su versión “dulce”, y registra sus memorias como pocos en la región oriental.

Cada complejo industrial, que tomó parte en la lid de la provincia, mostró a sus jugadores completamente uniformados y los implementos estuvieron reforzados, destacó Ernesto Carballosa, miembro del Secretariado del Sindicato Azucarero aquí. Otra de los éxitos a tener en cuenta fue confirmado por Raúl Garrido, jefe provincial de Arbitraje de béisbol y softbol, quien declaró: “Se solicita la cantidad de árbitros, en la fecha que corresponda, de acuerdo al nivel de la competencia, si es de carácter provincial utilizamos umpires de ese rango y cuando llega la fase interprovincial se refuerza con suplentes de la Serie Nacional. En la primera subserie en Tacajó, ya en la Zonal Oriental, hubo una situación con una jugada de apreciación, algo que sucede en todos los escenarios del béisbol. Nos reunimos, conversamos con los integrantes del cuerpo arbitral y escuchamos los criterios; pero eso quedó un poco ambiguo, porque te repito, era apreciación. En lo que respecta a seriedad y puntualidad, no presentamos ningún incidente”.

“Nos cursan la invitación al Congresillo Técnico y, a solicitud de los organizadores de la Liga, los asesoramos desde el punto de vista deportivo, para organizar la justa de manera correcta. Les facilitamos los materiales deportivos que necesiten, bates y pelotas, por ejemplo. Les brindamos asesoramiento técnico de dirección, para que puedan planificarse mejor y obtener buenos resultados. Si lo solicitan, podemos asignarles algún técnico para el alistamiento”, explicó Guillermo Gómez, metodólogo provincial de “las bolas y los strikes”.

La “Fernando de Dios” quedó fuera de las semifinales (inician el venidero sábado en Artemisa y Granma) en esta ocasión. Al equipo dirigido por Raúl Hernández le faltó bateo oportuno y movilidad en el corrido de bases, principalmente en el robo de almohadillas, al decir de Sarmiento; además, fue barrido en el último cotejo, en Mabay, por su fortísimo homólogo de la “Arquímides Colina”, novena con un expediente más amplio a nivel nacional, merced a dos títulos e igual cantidad de subcampeonatos, todos en la década pasada.

Pero la historia puede variar el año próximo, los cienfuegueros de la 14 de Julio, campeones de Cuba en 2010 y 2011, fueron eliminados ahora por la “Melanio Hernández” espirituana, así que es en los terrenos donde nuevamente se dirá la última palabra. El “Delfín Fuentes Cano” y otros parques de la pelota azucarera, de Holguín, “recesan” en estos momentos, a la espera de otro ¡play ball!, cuando la intención es que a ningún certamen beisbolero, por muy participativo que sea, se le ignore. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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