martes, 3 de marzo de 2015

¿Vinotinto o piña colada?

Holguín ha sido subcampeón en los últimos dos campeonatos nacionales.
“¿Qué hace falta pa’ el primero?”, le preguntó un compañero de trabajo pedaleando su bicicleta. Lo saludó y sonrió, dejando la respuesta pendiente. Julio Rodríguez, director del elenco varonil de softbol de Holguín, repitió la semana pasada, junto a sus dirigidos, el subcampeonato de Cuba, por ello ¡ahora! buscó causas y consecuencias de la primera medalla holguinera en deportes colectivos en 2015.

El pasado año fue para recordar en la trayectoria deportiva de Rodríguez, integrante del colectivo técnico de la selección cubana – como coach de pitcheo – y participante en un Centroamericano en Colombia, un tope en Venezuela y el Panamericano en Argentina. Además, obtuvo en el timón nororiental el metal plateado del torneo de la Isla, también en Santiago de Cuba. “Nosotros hicimos un alistamiento casi integral, faltó ejercitarnos con la máquina de pitcheo, pues estaba rota, y en el terreno del Feliú Leyva entrenábamos muy apretados por cuestiones de espacio, ya que las muchachas se preparan aquí y la otra instalación de condiciones estaba en el reparto Pedro Díaz Coello, mas se deterioró mucho”, reflexionó.

Julio Rodríguez / Fotos: Reynaldo Duarte
Cinco softbolistas del país batearon por encima de 300 en la última cita, dos de ellos holguineros, Fernando Azahares (320) y Maikel Castro (366), este último líder del certamen. Otros liderazgos positivos fueron al historial de Azahares, dobles (tres); Félix Antonio Torres, jonrones (dos); y Aníbal Vaillant, bases robadas (tres). “Azahares es intermedista y esa posición es la más complicada, sin embargo solo cometió un error y fue mi tercer bate. Torres, inicialista, impulsó cinco carreras, en un colectivo que careció de ofensiva de largo alcance, disparó cinco extrabases y no pifió. Rafael Guerra (cinco éxitos) es uno de los tres mejores lanzadores del país, aunque lo puse a batear y remolcó cinco y dio siete imparables (un jonrón incluido)”, argumentó.

Catalogó de excelente la defensa del torpedero Luis Raúl “Pinpón” Domínguez y el receptor Henry Benítez (debutante), ambos sin fisuras guante y mascota en mano, respectivamente, y puso de ejemplo a su segundo tirador, Enrique “Papo” Rodríguez, lesionado en una muñeca, quien alcanzó par de victorias (tres en total) versus Ciego de Ávila – siete veces monarca –, se repuso de sus limitaciones físicas y ponchó a 47 contrarios en 45 y un tercio de entradas. Guerra y Rodríguez trabajaron demasiado, dada la ausencia, por compromisos laborales, de José Céspedes, tercer pitcher del conjunto en 2014. En este tipo de eventos élites ningún territorio es débil: Granma se apareció en gran forma y habían 12 atletas entre santiagueros y avileños que asistieron a Veracruz-2014 (de 18 en total). La Habana igualmente llevó jugadores de experiencia internacional y Villa Clara descendió, pero su tradición permanece.

Maikel Castro quedó de líder de los bateadores.
“Deben ascender a la preselección nacional algunos muchachos y el resto continuará en el Campeonato Provincial de béisbol u otras competiciones. Sin academia, el seguimiento a los miembros del plantel y las acciones para buscar figuras es nulo, porque el softbol masculino, incluso nacionalmente, no posee matrículas en escuelas de Alto Rendimiento. Si tampoco desarrollamos justas provinciales, la situación te lleva a un reencuentro obligado en 2016”, alertó Julio Rodríguez, con tres temporadas – empezó en 2007 – al frente del cuadro “vinotinto” (por el color de la chamarreta). En Ciego de Ávila, sede de la próxima edición, los nuestros darán respuesta. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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