sábado, 29 de octubre de 2011

Alma, fuerza y corazón / Nelson Alejandro Rodríguez Roque

Quedan poco más de 24 horas de Juegos Panamericanos. Guadalajara le entregará mañana el bastón a Toronto-2015. La carrera de relevo se tomará otros cuatro años. El domingo, la urbe clausurará la XVI edición de estas citas multideportivas que ninguna otra área geográfica ha podido organizar con tanta rivalidad e identificación, uno de los medidores previos a las Olimpiadas y ámbito para mirarnos sin diferencias.

Otra vez el miedo estadounidense a la inseguridad del narcotráfico, como si los principales clientes del fenómeno no fueran angloparlantes fronterizos, cuyos rifles custodian los carteles de la droga del otro lado del río Bravo. La capital del estado de Jalisco hace la diferencia, pues Ciudad de México acogió las versiones de 1955 y 1975, segunda y séptima, respectivamente, de una idea concebida como paso superior de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, cortada en inmediatez por el berrinche humano durante la Segunda Guerra Mundial.

Los mexicanos han sabido enaltecer lo que 2 mil 513 atletas de 21 países, en 19 disciplinas, empezaron en Buenos Aires-1951. Cuba “sacando conejos de la manga” en pelota vasca, ciclismo de ruta o lucha libre femenina…Cuánto de drama, compañerismo y triunfo ha acontecido del camagüeyano Rafael Fortún al villaclareño Hanser García. Para eso son las fiestas panamericanas: alentar a la pertiguista Yarisley Silva, pedalear al ritmo de Arlenis Sierra y sus compañeras, nadar junto a un “Pollo”, ser un “Guerrero” del bádminton, admirar a unas “Espectaculares Morenas” en subida, “martillar” con Yipsi y llamarse a contar cuando somos segundos de muchos (ahora terceros) en la pelota.

Del béisbol, su aporte hubiera impulsado a la delegación, mas una desventaja de KO en el quinto (12-2) es una diferencia significativa entre equipos de rango. Remontar a batazo limpio no parece ser la fórmula en tiempos de profesionales. Ahora se gana desde un toque de bola en la segunda entrada, con hombres en primera y segunda. La época de cruzar los dedos y tocar madera para que Gourriel (Lourdes) nos salve, la podemos situar en el recuerdo. Canadá brincó de felicidad sobre la grama de Lagos de Moreno, dando saltos que los muchachos de Urquiola quisieron dar también en el Mundial de Panamá, donde Holanda “acabó con la quinta y con los mangos”.

Cuando más “enyerbado” veía a nuestro fútbol, unos jovencitos empataron a cero versus los archifavoritos brasileños, eliminados después contra Costa Rica, 1-3, avergonzando a Romario, O Baixinho (“El Bajito”), aquel que no les permitió “hacerse el sueco” a los suecos y fue campeón mundial ante Italia en 1994. El seleccionado cubano casi le empata el partido a Argentina. Y rectificábamos el canal, porque parecía un error de caracteres. La señal televisiva estaba acertada, dos “Goliats” en apuros frente al “David” caribeño. Las Auriverdes tampoco alcanzaron el oro, las canadienses dominaron en penales la final balompédica.

Sorpresa, las basquetbolistas de “La Isla del Encanto” vencieron a las Aztecas y subieron a la altura máxima del podio, guiñándoles a Barea, Arroyo y el resto del quinteto boricua, en aprietos con la fanaticada puertorriqueña, por perder el rumbo momentáneo hacia Londres-2012 en el Preolímpico de América. Las preseas de EE.UU. lo ubican bien delante en la tabla de medallas; aunque ya no todos sus colectivos son de “segunda” o desarrollo, pues acudieron con 627 deportistas, de ellos 41 medallistas olímpicos y 10 titulares del orbe.

Y uno se sintió jalisciense desde que la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) eligió por unanimidad a Guadalajara, coincidentemente, en Buenos Aires, el 28 de mayo de 2006. Más después de los sonoros aplausos del público mexicano en cada éxito de la Mayor de las Antillas sobre pistas, cuadriláteros, colchones o canchas. Cual si fueran los suyos (de muy buena actuación) los premiados.

“Me llevo el segundo”, dice Cuba en vísperas de una añoranza por “La Perla Tapatía”, ciudad “llena de entusiasmo y vida”, centro de mariachis, tequila y charrería, de los alumbrados bajo un mismo sol.

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