viernes, 12 de diciembre de 2014

“No tengo nada que lamentar”

Bob Motley, al centro
En épocas de segregación, en la que peloteros, entrenadores y árbitros no podían jugar en las Grandes Ligas, las Ligas Negras se llevaron la atención y el corazón de los fanáticos de piel oscura. Uno de los que nunca actuó en la Gran Carpa fue el árbitro Bob Motley, quien ofició en las Ligas Negras (Negro Leagues) desde 1947 hasta 1958, y es el único árbitro de esa liga que aún vive.
Motley recibió el Corazón Púrpura y la Medalla de Honor del Congreso de los Estados Unidos por su participación en la Segunda Guerra Mundial, donde resultó herido, y fue honrado durante la Serie Mundial 2014 de la MLB, en el Kauffman Stadium de Kansas City. Recientemente, Bob Motley accedió, por intermedio de su hijo Byron Motley, contestar algunas preguntas de Universo Béisbol.  

¿Qué fue lo más difícil de ser un árbitro en las Ligas Negras?
-Viajar. Especialmente en el ómnibus con un equipo si este había perdido y me culpaban a mí, el árbitro, por una mala decisión. Esos viajes en ómnibus se tornaban muy largos.  

Luego de haber estado en las Ligas Negras y también haber podido ver las Ligas Mayores, ¿qué diferencias vio en la calidad de cada una de ellas?
-No mucha. Muchas veces he dicho que cada jugador de Ligas Negras que vi podía haber jugado fácilmente en las Mayores en aquel tiempo. La diferencia más grande de la que se podría hablar era que los jugadores negros jugaban con mucho más corazón y pasión que los ligamayoristas de aquel entonces. Los jugadores negros tenían por supuesto mucho más que demostrar.  

Usted tuvo la oportunidad de oficiar en encuentros que incluían a Satchel Paige, Willard Brown, Hank Aaron, Don Newcombe, Joe Black, Ernie Banks Willie Mays y muchos otros. ¿Tiene alguna historia que quisiera compartir acerca de alguno de ellos?
-Eran simplemente excelentes jugadores. Willard Brown era el que más me divertía: siempre caminaba hacia el plato como si apenas pudiese caminar, pero una vez que le pegaba a la bola despegaba como una liebre por las bases. Realmente era algo para verlo, y mi favorito de todos los que vi jugar.  

Se dice que ser árbitro es un trabajo muy injusto. ¿Cuánto considera que hay de cierto en esa afirmación?
-Bueno, es simplemente cierta porque a los fanáticos y a los jugadores les gusta culpar al árbitro cuando las cosas no salen como a ellos les conviene. El umpire es un blanco fácil al cual echarle la culpa. Aparte de eso, creo que es una excelente manera de ser parte del juego. Nunca me molestó en verdad.  

Usted comenzó a oficiar precisamente cuando se rompió la barrera de color con el debut de Jackie Robinson, lo cual llevó a muchos jugadores de las Ligas Negras a las Mayores. ¿Cómo evalúa el declive en el nivel de juego de las Ligas Negras?
-Incluso luego del descenso durante los años cincuenta, las Ligas Negras tenían aún varios jugadores excelentes. Se tornó más parecido al nivel Triple A (AAA) pero muchos de esos jugadores fueron a las mayores y a las menores. Aún apostaría mi dinero de que todos podían haber jugado en las Grandes Ligas, como dije anteriormente, pero en aquel tiempo había menos equipos y existía una cuota de la que no se hablaba sobre un límite para la cantidad de jugadores negros en cada conjunto. No se equivoquen, incluso hasta el final, las Ligas Negras aún jugaban un béisbol muy bueno y competitivo.

¿Cuál fue el momento más interesante que tuvo durante su carrera como árbitro?
-He tenido muchos. Llegar a la Liga de la Costa del Pacífico (PCL: Pacific Coast League) fue un momento glorioso. Estaba a un paso de las Mayores. Es una lástima que la caída de la barrera de color para los árbitros demoró en llegar… 20 años después de Jackie Robinson. Pero estoy feliz de que oficié en la PCL, pues era una validación para mí de que era un árbitro con calibre de Ligas Mayores… el color de mi piel me impidió ascender, pero esa es la forma en que eran las cosas en aquel tiempo. No tengo nada que lamentar.  

Ahora, con la repetición por video, se ha impuesto un reto extra al trabajo de los árbitros. ¿Está usted a favor o en contra de la repetición? ¿Por qué?
- Creo que la repetición es buena. Un árbitro es solamente un ser humano, y está sujeto a cometer errores a la hora de cantar cada cierto tiempo. Por tanto, con la repetición, es bueno que las decisiones puedan ser cuestionadas, especialmente en un partido cerrado e importante si el árbitro no la vio correctamente del todo. Hasta ahora he notado que muy pocas jugadas han sido vueltas atrás, por lo que los árbitros están haciendo un trabajo bueno y justo. Pero yo estoy a favor de todo lo que mejore el juego.

Usted fue homenajeado en el Kauffman Stadium durante la Serie Mundial. Explique cómo se sintió durante aquel momento.
- ¡Una de las experiencias más gratificantes de mi vida! He sido seguidor de los Royals desde que vinieron a Kansas City, así que ser reconocido durante un partido fue un honor muy emocionante e increíble. Me sentiré por siempre muy humilde. Y el hecho de que pude conocer al grupo de árbitros antes del partido fue lo más emocionante. Nunca olvidaré esa noche. / Por Reynaldo Cruz

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