miércoles, 11 de diciembre de 2013

SOS Memoria

Trofeo entregado en Nicaragua en 1956.
Varias veces me detuve a observarlos, camino a mi aula de Secundaria Básica. Leía los rótulos de los trofeos de baloncesto, voleibol, béisbol y atletismo. Acomodados en una vitrina añosa, todos ganados por alumnos y alumnas del antiguo Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín – fundado en 1937 y radicado en La Periquera en sus inicios–, actual Preuniversitario Urbano Enrique José Varona.

Cualquiera se percata que de esos estantes brota memoria histórica. De eso están al corriente Noel Sánchez y Diego Dilú, subdirector de Trabajo Educativo, y secretario del núcleo del Partido del “Varona”, respectivamente. Los desvelos del Doctor Vidal Lastre Manduley, primer director del Instituto, y el crecimiento demográfico en el territorio, además del empuje del estudiantado, propiciaron la construcción, en la década del cincuenta, del edificio ubicado frente al Parque Infantil.
La vitrina debe repararse. / Foto: Edgar Batista

Sánchez y Dilú, fervoroso profesor de 74 años, se han empeñado en proteger los trofeos, muchos dañados a causa del transcurrir del tiempo, testigos de una etapa en la cual se anotaban canastas y voleaban pelotas, pero también se criticaba el Golpe de Estado del 10 de Marzo o limpiaba al Escambray de bandidos.

Fieles a sus maneras de proceder, los gobiernos neocoloniales brindaron poca ayuda al centro; padres, docentes, alumnos y vecinos gestionaban los materiales para empezar las clases y acondicionan las áreas, entre ellas la dedicada al deporte, relató en una ponencia el Doctor en Ciencias Sociales Alejandro Torres Gómez de Cádiz, quien significó las expresiones de rechazo de la masa estudiantil contra los crímenes de la dictadura batistiana.

Una sala para el “Varona”
La idea de restablecer la sala de historia, mediante una reparación de un local situado en el lateral derecho, a la entrada del preuniversitario, parece lo más apropiado para homenajear a una generación que tuvo mártires como Luis Escalona, Nestor Fernando de Dios o Rubén Bravo, entre otros. “Está hecho el diseño del montaje museológico, mas falta resanar paredes, trabajar en electricidad, carpintería e instalaciones sanitarias. En los primeros meses de este año, estuvo una brigada de mantenimiento, aunque solo se raspó. Pensamos que la vitrina pudiera rehabilitarse, sus puertas están deterioradas y casi no sostienen los pesados cristales. Aquí radicó parte de la Comisión de Carnaval y desde agosto están los cables telefónicos”, expresó el Subdirector.  

Al vencedor del juego de baloncesto Fuerza Aérea de Nicaragua (FAN)-Instituto de Holguín (14 de septiembre de 1956), Trofeo de Béisbol Club de Leones (1943), premios al equipo de campo y pista, en la rama masculina, junto a títulos de campeonas en voly o básquet, son testimonios de la fuerza de la práctica deportiva en la referida instalación escolar, de donde se constituyó una delegación que realizó una gira por Centroamérica, en cuya relación de atletas apareció Jimmy Davies, integrante de colectivos nacionales de la disciplina de las canastas en múltiples ocasiones y participante en los emblemáticos Juegos Centroamericanos y del Caribe San Juan-1966.

Las gradas, lastimosamente echadas abajo en los noventa, se abarrotaban ante cada duelo que protagonizaba el plantel basquetbolístico de varones, cuyo renombre se justificó en las tremendas demostraciones rendidas versus otros representativos del país. Ello se deja ver en las fotos existentes en el “Varona”, desprendidas de los lentes del personal de los Estudios Casals.

Cuesta creer que ahora el Preuniversitario Urbano no posea un espacio deportivo y su claustro tenga que apelar a la buena voluntad de directivos de la plaza Camilo Cienfuegos o convocar a sus muchachos para los terrenos del Ateneo y así desarrollar la Educación Física y alistarse para la Copa 6 de Diciembre (de la FEEM) u otras competencias. Solo dos canchas de voleibol funcionan en la “Camilo Cienfuegos”, demasiado destinada a conciertos y venta de productos gastronómicos, y apenas a la ejercitación del músculo.  

Dispuesta, rebelde, alfabetizadora...
Hiram Pérez Concepción, director de la Oficina de Monumentos de Holguín, fue una de las voces que trató de evitar la destrucción de las áreas deportivas del Instituto. En su oficina, las láminas o pancartas del museo escolar (llegó a ser el más importante de su tipo en la ciudad), impresas con financiamiento de Cultura Provincial, están a buen resguardo. “El proyecto museográfico es de la autoría de Armando Cuba de la Cruz. Estando el local listo, nosotros asumimos el montaje”, explicó.

En el plan de 2012 del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, dedicado a reparaciones y mantenimiento, se incluyó la sala de historia; sin embargo, no pudo acometer la tarea constructiva, pues el inmueble pertenece a Educación. Evelín Hernández, directora de Patrimonio en el territorio holguinero, buscó asesoría jurídica y le especificaron la violación legal en que caerían si laboraban allí. “A través de la Oficina de Monumentos nos corresponde diseñar, montar y atender el salón histórico”, precisó.
El Instituto, en plena etapa constructiva de su última sede

El viernes 6 de diciembre, se decidió que en 2014 la sala de historia constará en el plan de mantenimiento y reparaciones de Educación Municipal. Según Andrés Leyva, jefe de Inversiones, en el primer trimestre se acordó trabajar en interiores y fachada. Educación garantizará juegos de baños, azulejos, lámparas y pintura, y será elaborado un expediente, con el objetivo de solicitar cemento, arena y polvo, provenientes de la industria de materiales. Hasta las tarjas colindantes tendrán un “rejuvenecimiento”.

Ya dos trofeos de voleibol fueron restaurados por especialistas de la Oficina de Monumentos y los otros “oyen la conversación”. Próximamente, en el vestíbulo del “Varona”, visitantes y alumnos no encontrarán a su diestra la vitrina cincuentenaria. Ella será parte de los objetos museables de la remodelación, relativos a una energía que entraba por el aro y salía dispuesta, rebelde, alfabetizadora. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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