Foto: Cortesía del autor. |
Para poder cumplir el encargo del héroe antiterrorista, el amigo Bill, quien entonces se dedicaba a actividades comerciales, ha tenido que vencer los obstáculos que impone el Bloqueo de Estados Unidos a este país caribeño y esforzarse mucho para fabricar dichos implementos deportivos con sus propias manos, utilizando maderos de arce cortados por él mismo en un bosque de su propiedad.
Dichos bates, surgidos de la complicidad entre Ryan y Gerardo y el necesario apoyo de sus respectivas esposas, Nora y Adriana, se convirtieron en un símbolo, porque cada uno llevaba plasmadas las firmas de Los Cinco y eran entregados a equipos y bateadores con resultados extraordinarios en el béisbol cubano.
En su visita número 15 a la Mayor de las Antillas pude conversar, en la sede provincial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap), de Holguín, con ese hombre que se ha dedicado durante casi 10 años a dotar a la pelota cubana de bates cuya calidad ha sido certificada por la reconocida compañía Sam Bat, productora canadiense de implementos similares para las Grandes Ligas. (Seguir leyendo...)
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