jueves, 25 de noviembre de 2010

El Dolor se Multiplica / Nelson Alejandro Rodríguez Roque

Una irregularidad geográfica del litoral Norte de Holguín fue el sitio escogido. Un caserío de pescadores era el lugar ideal para ensañarse. Organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en Miami se atribuyeron la autoría. La CIA de cabeza pensante, el engendro viajó en buque madre y lancha rápida.
La silenciosa noche les facilitó el desembarco a 8 ó 10 cobardes. Estaba rota la planta eléctrica. Sombras mercenarias dispararon sus fusiles automáticos. Mataron e hirieron, pero cuentan que en la huida gritaban desesperadas, ante la llegada de combatientes. Se amplió el expediente criminal anticubano y “los gusanos” enlutaron la Isla.
Donde las ráfagas quebraron la tranquilidad, donde quisieron intimidarnos, se desarrolló una audiencia pública contra el terrorismo, como parte de las actividades del VI Coloquio Internacional por la Liberación de los Cinco. Boca de Samá, en Banes, fue preferida esta vez para denunciar crímenes y reclamar la liberación de los Héroes Prisioneros del Imperio, quienes llevan 12 años encarcelados, por impedir hechos como el del 12 de octubre de 1971.
Historias de crueldades: Basil Ismail narró cómo las bandas sionistas irrumpen en los campamentos de refugiados palestinos, cual imitadores fascistas. El peruano Gustavo Espinosa recordó “20 Años de Violencia” en su nación (1980-2000), cuando las patrullas militares, la policía y los servicios de inteligencia dejaron alrededor de 35 mil muertos.
Wafica Ibrahim, coordinadora del Comité Libanés de Solidaridad por los Cinco, y su coterráneo Anwar Vassin, miembro del Comité Central del Partido Comunista del “País de los Cedros”, respaldaron el derecho a convivir en paz y llamaron a la unidad para enfrentar tendencias hegemónicas. Denunciaron a Israel, en cuyas celdas están cautivos más de 8 mil árabes. Vassin, héroe de la resistencia libanesa – estuvo casi dos décadas preso –, destacó la fortaleza de la Revolución Cubana y sus líderes.
En Europa, se miran con mucha esperanza los procesos izquierdistas de América Latina, dijo Haidi Giuliani, anciana cuyo hijo fue asesinado en Génova en 2001, durante una manifestación contra la Globalización Neoliberal. Con voz entrecortada y auxiliada por la traducción, abundó sobre el poco interés que muestra el gobierno italiano para resolver el caso y los oídos sordos de las autoridades judiciales.
El periodista Leonid Savin, sabedor de los lazos que unieron a la Unión Soviética con Cuba, obsequió libros a bibliotecarias de la escuela de Boca de Samá. Uno de los ejemplares explica la oscura actualidad de los nuevos países derivados del derrumbe de aquellas Repúblicas Socialistas.
Conoce muy bien al monstruo, porque vive en sus entrañas, Andrés Gómez, coordinador de la Brigada Antonio Maceo y director de la revista Areíto, comentó que ha podido observar todo tipo de políticas genocidas. Evocó a Carlos Muñiz Varela, cubano fallecido en 1979, víctima de dos balas calibre 45 en San Juan, Puerto Rico. El grupo terrorista Omega 7 no le perdonó su presencia en el Comité Nacional de dicha Brigada. La pérdida de “Carlitos” comprometió a Gómez y sus compañeros de lucha.
Ahí estaba Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández Nordelo, quien ha sido sometido a maltratos como el aislamiento “en el hueco”, espacio reducido donde la ventilación es mínima y las altas temperaturas castigan. Atropello que tampoco pudo doblegarlo, porque su entereza, la solidaridad internacional, los principios del pueblo cubano y el ejemplo de Ramón, Fernando, Antonio y René, están por encima de las acciones más viles.
La necesidad de incrementar la batalla por la libertad de los Héroes tomó forma de Coloquio y se defendió en audiencia pública, pues Cinco compatriotas permanecen tras las rejas, mientras Posada Carriles y Orlando Bosch, bajo protección estadounidense, se jactan del derribo del avión de Barbados o George W. Bush delira en Decision Points (Puntos de Decisión), una suerte de memorias desmemoriadas, un “acercamiento” ¿literario? a torturas y bombardeos.
El buque madre cubrió las espaldas canallas. Regresaron a la guarida y hablaron de “triunfantes” operaciones comandos. Los imagino de camuflaje, gruñendo ante las cámaras, sin un ápice de arrepentimiento. Creyéndose (ni ellos mismos se lo creían) titanes de “la democracia”. El alarde en su máxima expresión.
Siempre hubo muchos ojos que los vieron. La verdad está en el susurro de la brisa marina de Boca de Samá, en las obras sociales y el bienestar, en la comunidad de pescadores que hizo correr a la mentira.