Lerys Aguilera / Foto: Del Autor |
Nacido en Levisa (1985), Mayarí, provincia de Holguín, “El Búfalo” había jugado 11 temporadas en la Isla y tenía 108 jonrones y 434 carreras impulsadas. Generalmente, ocupaba el cuarto madero del representativo holguinero. Cada vez que se paraba en el cajón de bateo, había peligro latente de que la pelota fuera más allá de los límites.
De regreso en La Ciudad de los Parques, recién llegado de medirse en la Liga A 1 de Italia –representó al Nettuno Baseball Club–, aceptó conversar y abundar en sus difíciles vivencias, que pueden ser una lección para quienes se inclinan por esa ruta. El mismo slugger entrado en libras, corpulento; la misma persona comunicativa y amistosa, fue a quien encontró Panoramaganador.
Pudo jugar, finalmente, en Nicaragua. / Foto: Henry Padilla |
Declaraste, antes de ir a Nicaragua, que no le aconsejabas a nadie tomar ese camino…
“Realmente, lo dije y lo reafirmo, porque es algo inhumano lo que te sucede, te conviertes en una carnada, una mercancía. Arriesgas tu vida, al final pasas por momentos que ni imaginas. En buen cubano, son cantas de sirenas, te prometen y dicen mucho, pero ni el 80 por ciento de eso se cumple. Lamentablemente, me tocó vivir esa experiencia. Menos mal que aún estoy aquí, para contarlo”.
Hablaste también de tu travesía en la salida ilegal en lancha.
“En lo absoluto volvería a hacerla. Corrí dos veces peligro. No tengo ni la más mínima idea de por dónde salimos. Podía haberme ahogado, incluso sabiendo nadar, pues estaba en una situación en que, por desconocimiento, las prendas, la mochila y otros cosas que llevaba encima me pesaban. Si no me agarro bien a la embarcación, me caigo y nadie esperaría por mí, ya que la noche era una boca de lobo”.
¿En qué condiciones están los peloteros cubanos que no logran contratos y viven en República Dominicana?
“Es una odisea lo que viven, continuamente nos comunicamos y es difícil estar así. Cuando no puedes alcanzar oportunidades de jugar en EE.UU. u otros lugares, todo se convierte en un sálvese quien pueda. Tienes que hacer lo indecible y trabajar en oficios que nunca has hecho, para tener una entrada económica que te permita sobrevivir.
“Hay muchos jóvenes que están en República Dominicana ‘comiéndose un cable’, pasando un trabajo tremendo. Sin apoyo, sin esperanza. Pude recibir ayuda de muchas personas, incluso antes de irme a Nicaragua, pero no todos tienen esa suerte. Ha sido y sigue siendo difícil el panorama para los peloteros cubanos allá”.
¿Muchos de ellos ilegales?
“Sí, es lo más seguro. La mayoría hace sus trámites migratorios, de estancia, en Haití. Pero a la hora en punto que cruzan a República Dominicana se convierten en ilegales. Están de aquí para allá o son deportados. Logré obtener mi cédula dominicana, que primeramente la vi como un modo de estar legal, pero después me permitió ser contratado. Siempre y cuando esta esté vigente, puedo viajar a dondequiera. El 11 de octubre de 2017, luego de entrar en contacto con Los Indios del Bóer, salí hacia Nicaragua.
¿El nivel técnico-táctico de los peloteros cubanos es superior al de los preparadores que encuentran en República Dominicana?
“En cuanto a conocimientos de preparación, estamos muy adelantados. Ahora, sucede que allí te encuentras personas que jugaron béisbol al máximo nivel, por ejemplo, en EE.UU. en todos sus escenarios y Japón, y están al tanto de las últimas tendencias. La pelota evoluciona mucho. Quizás en República Dominicana no son muy estudiados, mas tienen experiencia, se basan en el empirismo. A veces encuentras métodos con los cuales no estás familiarizado. Sin embargo, con los preparadores cubanos todavía hay que quitarse el sombrero”.
¿Crees que otros puedan verse sin salida aparente, como tú?
“Por supuesto, es desesperante. Cuando dejan de tener interés en ti, todo se complejiza. El tema de la edad también puede marginarte. Paso mucho tiempo pensando en lo que pasé. Tuve depresiones y hasta barajé atentar contra mi vida. Padecí en Dominicana un hambre extrema y otros momentos durísimos. Tuve que entrenar por mi cuenta. Gracias al Señor, ese tipo de situaciones no caló al extremo en mí y no llevé a cabo mis pensamientos.
“Lo que se está haciendo ahora con las contrataciones legales es magnífico. Los peloteros pueden retornar a su país sin problema. Esa es la vía que recomiendo. Hagan caso omiso a los cantos de sirena y las proposiciones. Las oportunidades que abre Cuba son las correctas”.
¿Quisieras volver a jugar acá?
“Claro, regresar a donde todo comenzó, con Los Cachorros de Holguín. Ese es mi sueño, no está descartado que retorne a aquí. Ahora vi al equipo en el ‘Calixto García’, a los muchachos, y me recuerda mis primeras Series. Verlos me alienta”. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque
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