Fotos: Elder Leyva |
Decidirse entre el rodeo o dar batazos no le devanó los sesos a un natural de allí, el jardinero central Yoanis Quintana. “Lo mío era la pelota. Veía a mi papá jugar Series Provinciales, junto a Bismark Fernández y Carlos González, entre otros. Además, detrás de mi casa está el terreno”, expresó.
“Ahorita llega, milagro, siempre es de los primeros”, me manifestaron casi a las 12:30 pm, cuando calentaban Los Toros de la Llanura camagüeyanos, sobre la grama del “Calixto García”, quienes lo menos que querían era ser “enlazados” por Yoanis y Los Cachorros. Y arribó minutos después, tan campechano como en Sabanazo.
Su padre era practicante de rodeo, actividad que disfrutaba más que el béisbol. “Primero practiqué atletismo (carreras cortas), en la escuela Reinerio García. Me gustaba montar caballos, porque mi papá siempre tenía; sin embargo, esa disciplina no era mi preferida”, comentó.
Quintana es el quinto jugador de Holguín con 100 jonrones en Series Nacionales, tras sacar de circulación una esférica en el “Cinco de Septiembre” cienfueguero, hace unos días. En la pasada subserie dio el 101 frente a Las Tunas, por lo que ya es el cuarto holguinero de mayor cantidad de conexiones de vuelta completa, precedido por Leris Aguilera (104), Jorge Francis (108) y Jorge Cruz (169).
“Cuando fui campeón en la temporada 41 (con Héctor Hernández de mentor) logré mi mayor triunfo. Aquel playoff contra Sancti Spíritus fue inolvidable y en el segundo juego le di jit a Maels Rodríguez e impulsé la decisiva”, señaló el más veterano integrante del elenco nuestro en la temporada 54, pues ha jugado en tres décadas – 18 campañas, incluyendo la actual –, mérito que contados peloteros activos poseen.
Recibimiento luego de su jonrón 101. |
“De los 100 muchos han salido y otros los he buscado, en su mayoría los di al pegarle bien a la bola sin pensar en jonronear. Me gusta hacer mucha pesa, uno corre y entrena, pero a mí ‘hacer hierros’ me importa”, respondió ante mi indagación de si los bambinazos salen o se buscan.
“En mis comienzos tenía como paradigma al matancero José ‘Pepito’ Estrada, le veía condiciones físicas y un desplazamiento al fildear excepcionales. Yovani Aragón me ponía difícil la situación en mis turnos al bate; aunque he encontrado lanzadores de gran calidad durante esta larga etapa”, aclaró.
Esa tarde, le disparó un imparable a una de las principales promesas de Cuba en el montículo, el derecho Norge Luis Ruiz, dueño de un repertorio de envíos inusual para su juventud y una recta por encima de las noventa millas. “Si en la provincia consideran que puedo ayudar, creo que estaré par de años más”, sentenció Quintana, quien nunca estuvo en escuelas deportivas, sino que surgió de la masividad calixteña, cuya lid de base es una de las más importantes del país, en cuanto a duración y cantidad de representativos.
“Los Vaqueros fueron mi primer conjunto y con el que me conocieron en Series Provinciales, a partir de 1994, y en los Clubes Campeones, por eso lo doy todo con ellos y Holguín”, añadió, mientras tenía “bufando” a la novena camagüeyana y para neutralizarla debía buscar recursos en sus genes.
Lo extrañaremos fildeando batazos elegantemente, a lo Víctor Mesa o Fermín Laffita, o en las comparaciones con Carlos Tabares o Reutilio Hurtado, pero me aseguró: “Aquí está Quintana para luchar”. / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque
Escuchar audio del partido final del Torneo de Clubes Campeones de 1996.
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