Infografía: Reynaldo Cruz |
A la paridad le añade valor la recuperación de los holguineros, a quienes, si se escribe un libro sobre nuestros clásicos nacionales, habrá que dedicarles un capítulo a sus avatares en carretera, toda vez que viajaron a Santa Clara junto a los tuneros, e hicieron estancia en Ciego de Ávila, para trasladar a los del Balcón del Oriente hacia Morón. Regresaron desde Sancti Spíritus con los guantanameros y, además, sufrieron las roturas del ómnibus camagüeyano empleado, cuyas reparaciones demoraron “la Odisea” – hasta tres horas detenidos –, como la calificó Juventud Rebelde.
Para “frenar” al embalado multicampeón villaclareño, Juan Carlos Quintana, director técnico de los felinos, situó sobre la cancha a los internacionales Renay Malblanche (defensa central) y Fernando Chapman (volante ofensivo) y le dio 15 minutos de actividad al refuerzo matancero Jasiel Abreus, quien se incorporó en la delantera y reemplazó a Yadián Casa del Valle; con Chapman y Abreus el estratega no había podido contar en las jornadas anteriores. Además, refrescó a Kárel Mariño y William Doffa, sustituidos en el carril derecho y el mediocampo, respectivamente, por Carlos Céspedes y Ángel Eduardo Góngora (integrante de la preselección nacional Sub-23).
Las Panteras tienen malos recuerdos del plantel del Guaso en la temporada precedente, tras caer cinco veces en partidos entre sí, de ahí que el sábado venidero en el estadio banense Turcios Lima, a las 3:30 pm, se las verán con su “peor pesadilla” de 2013. La última fecha fijó a Ciego de Ávila y Camagüey (seis puntos) en el mirador de la tabla; Villa Clara y Guantánamo (cinco) andan detrás. Las Tunas, La Habana y Sancti Spíritus (cuatro) van acechando y Cienfuegos (tres) tampoco está tan separado. Pinar del Río y Holguín (uno) todavía marchan sin goles a favor, pero ya marcaron en el casillero de unidades. El avileño Ángel Rodríguez, el espirituano Randy Rojas y el agramontino Armando Coroneaux son los únicos jugadores del país con par de dianas, en un torneo donde los porteros, las labores defensivas y los atacantes sin efectividad conspiran contra las pizarras abultadas. / Por Nelson Rodríguez y Alberto Rodríguez
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