jueves, 2 de agosto de 2012

Hey Londres

Google anda de Olimpiadas.
Sé de quienes (estoy entre ellos) sostienen que fue en Barcelona-1992 donde el fuego prendió de manera más original. Una flecha, disparada por un arquero paralímpico español, tomó altura y puso al pebetero “en candela”. Si a eso sumamos las 31 preseas obtenidas por Cuba en La Ciudad Condal, se hace comprensible nuestro apego a ese recuerdo del Robin Hood ibérico, que hizo del Estadio Olímpico de Montjuic su Bosque de Sherwood.

Londres-2012, con un festejo inaugural admirable, utilizó copas de cobre en forma de pétalos, sobre tallos metálicos, una peculiar estructura hecha a la medida de la evolución mundial, luego de dos décadas de la competición catalana. Gran Bretaña, sin discusión, salió airosa en su propuesta musical, el tema de Carrozas de Fuego y Hey Jude, interpretado por el exBeatle Paul McCarteney, seguro fueron cantados hasta en coreano; aunque habrá que ver cómo se las arreglaron con el “na, na, na, na, na, na” en la península asiática. Más de la mitad de la humanidad, 4 mil millones de personas, observó la apertura de la fiesta cuatrienal – espectáculo con pizcas de cine, literatura, tradiciones y homenajes –, que costó 27 millones de libras esterlinas.

EE.UU., enfocado en sacar de la vía al Expreso Chino en el medallero general, dependerá bastante del desempeño en las pruebas de atletismo, su fuerte después de la natación. Si hace 20 años, China se valió de pocas disciplinas para ocupar la cuarta posición (superó a la delegación cubana en dos metales áureos), ahora, con menos deportistas que en Atenas-2004 y Beijing-2008, apuesta por una mayor preparación física y mental de sus representantes, incluidos en un cambio generacional, cuyo desarrollo no resulta problema alguno para un país con una población por encima del millar de millones de habitantes, amén de su sistema deportivo piramidal, con escuelas de talentos que aportan campeones hasta en deportes donde tradicionalmente lucía poco. Para los actuales reyes del Olimpo, “el campo y pista” es una disciplina donde sus pasos de gigantes son insuficientes y en parte de los eventos colectivos, los cuales están entre los más seguidos por el público, se ven en desventaja ante sus principales adversarios.

El “descarrilamiento” ha estado en los planes estadounidenses desde que su representación inscribió a 228 atletas (de un total de 530) con experiencia olímpica y el Comité Olímpico de esa nación se propuso una mayor cosecha de premios que la “recogida” en 2008. La guerra por llevarse el primer puesto en Beijing fue mal contada por los directivos del deporte en EE.UU., quienes propagaron su dominio real en el número de medallistas y “ocultaron” el segundo puesto en el balance de oros.

En el Centro Acuático de Londres, han nadado jovencitas como la china Ye Shiwen o la lituana Ruta Meilutyte, de 16 y 15 años, respectivamente, capaces de acaparar más atención informativa que la generada por Michael Phelps, a pesar del dominio de este último en preseas individuales históricas, en certámenes de Los Cinco Aros, y su vendido y poco creíble perfil de muchacho “todo compañerismo”.

Shiwen fue objeto de acusaciones de doping, lanzadas por un entrenador norteamericano – sin prueba alguna –, demostración de lo que el ser humano hace, cuando la impotencia se lo traga. Irritación injustificada que no debe estropear el espíritu olímpico, pues si esa actitud hubiera sido asumida por la gimnasta exsoviética Larisa Latinina, tras conocer que el propio Phelps le había quebrado su cifra de 18 ascensos al podio, logradas en Melbourne-1956, Roma-1960 y Tokio-1964, su comportamiento se distanciaría de la gloria que conquistó al considerársele “una fuera de serie” y haberse consagrado en dos ocasiones a la maternidad, sin dejar de contender.

A vox populi está la eliminación española del fútbol masculino en la liza londinense: La Rojita no marcó gol alguno y solo alcanzó un empate, actuación fuera de toda lógica, decepcionante (en España fueron más “crueles” al calificarla), sin conexión con lo logrado por el balompié de España desde 2008. Uruguay, igualmente, se perderá los cuarto de final y seguirá rememorando sus triunfos de la década del veinte del siglo anterior, en París y Amsterdan. Google, el “rastreador” preferido en La Red de Redes, lleva varios días con imágenes estivales en su portada. Nadie se desentiende de la otra temporada de Juego de Cronos, de ejecuciones, canastas, saltos, descalificaciones… / Por Nelson Alejandro Rodríguez Roque

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