Tocó las puertas de FIFA y “al fin” llegó el momento. La cuna de la Humanidad es más que jirafas, niños soldados y paludismo. Una multiplicidad de pueblos y culturas hace suyo el Mundial sudafricano. Si la Reina Isabel bailó danzón, hasta Cleopatra o Tarzán hubieran preferido Waka Waka.
Seydou Sanogo admira al tocayo y coterráneo Keita, integrante del laureado y mediático Barcelona F.C. Vestía una camiseta de las Águilas de Bamako (así conocen al seleccionado de Malí), cuando expresó: “No importa que mi país esté fuera, es un orgullo, ya que hay personas que tienen un concepto errado del continente. Se demuestra que no somos solamente guerra y hambre. Podemos ser grandes y darle gloria al mundo”.
Al igual que su compatriota Sanogo, Samba Konare estudia Medicina en sexto año en la Universidad de Ciencias Médicas Mariana Grajales y está impactado con las dimensiones del certamen. Incluso, dio sus pronósticos: “Espero más de Costa de Marfil, tiene condiciones para seguir adelante. Después pienso en Sudáfrica, sus jugadores jóvenes y la localía son fortalezas”.
“Es positiva la idea de darles oportunidades a otras naciones, de integrarse a eventos tan importantes”, comentó Tania Gatica, alumna de la “Mariana Grajales” y quien, como mexicana apoya al Tri de Javier Aguirre. “Hemos progresado bastante, somos futbolistas por excelencia, podemos avanzar”.
La “Messidependencia” del firmamento de Maradona inquieta a los parciales de la Celeste y Blanca. “Vi buen ambiente, un grupo solidario en el terreno. El equipo gira alrededor de todos”, explicó el argentino Wálter Atilio, que se prepara como fisioterapeuta y es hincha de Boca Juniors.
Desde EE.UU. ‘94, con “El Diablo” Etcheverry entonado, Bolivia no afina en mundiales. Sin embargo, otro aspirante a galeno, el boliviano Juan José Vargas, señaló: “Alemania me gustó, pero hay que ver cómo funciona ante elencos más fuertes”. Silvio Daniel Yudis, de Paraguay, se inclinó por Inglaterra, “ha causado buena impresión, el error del portero le facilitó el marcador a los estadounidenses”.
El hijo de Edesio Alejandro pedía un gol e Higuaín le dio tres. Vamos a ver si lo imitan otros “depredadores”. Un enjambre ameniza el once contra once y “zarandea” panales de acero y concreto. A soplar las vuvuzelas (trompetas), This time for Africa.
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