Desde la campaña 95, Holguín no disputa un Campeonato Élite. |
A Holguín, que iba por el título, también le pasó por delante el cuadro artemiseño y solo matanceros (por peor diferencia de goles), pinareños y mayabequenses quedaron a su zaga. La intermitencia en el rendimiento resultó el principal escollo para nuestra escuadra: comenzó con dos victorias consecutivas (ante Matanzas y Mayabeque) y seguidamente hilvanó tres frustraciones (frente a Artemisa, Sancti Spíritus y los pineros), para luego vencer a Pinar del Río, 1-0, y perder con los santiagueros, 0-3.
El bando nororiental estuvo “encasquillado”: anotó ocho veces en siete partidos, de ellas tres versus Mayabeque y cinco dianas a la cuenta del delantero Yadián Casa del Valle, quien totalizó dos menos que el líder en ese departamento, el isleño Yoandri Puga. Ansiedad y falta de acierto a la hora de definir, como ha sido en los últimos tiempos, dieron al traste con varias ocasiones idóneas. Otra debilidad apareció en la media cancha, ya que los volantes no aportaron todo lo que de ellos se esperaba, tras mostrar poco poder desequilibrante y equivocarse mucho al entregar el balón.
Defensores y cancerberos tienen su cuota de responsabilidad, al permitir nueve perforaciones, una cantidad superior a las toleradas en la justa del año pasado, cuando fueron ocho, y una por debajo de 2010, en ambos casos en 12 compromisos. Cierto: los jugadores del sector defensivo reciben muchas tarjetas, porque contienen el ataque rival, mas los discípulos de Juan Carlos Quintana fueron amonestados en exceso, indicador de que, amén del criterio arbitral, sus contrarios casi siempre tenían el control de la esférica.
Holguín lleva tres temporadas en Segunda División o Ascenso, como se le apellidó en 2010 (fue quinto) y 2011 (tercero), y en cada una de ellas ha sido dirigido por técnicos diferentes, por lo que, en función de consolidar un ciclo, debe dárseles un voto de confianza a Quintana y sus compañeros del cuerpo de dirección, quienes planifican una convocatoria para octubre venidero, a fin de afrontar la edición 98 de la Liga Cubana, la cual, según la Comisión Nacional, se regionalizará en cuatro llaves – con cuatro elencos por cada una –, y empezará el 2 de febrero de 2013.
Si se materializa la nueva estructura, en la agrupación del Este los muchachos de aquí partirían, quizás por primera oportunidad en la trayectoria del balompié provincial, como los de menos opciones para acceder a la siguiente etapa (avanzan los dos mejores seleccionados por apartado y los dos terceros más destacados en general), toda vez que tendrán como adversarios a Granma y Guantánamo, semifinalistas en el Campeonato 97, y Santiago de Cuba.
Queda por ver cuántas figuras del territorio podrán unirse a la nómina, algunas comprometidas con formaciones nacionales de distintas categorías y otras convalecientes de lesiones o alejadas por diferentes motivos. Las Panteras, si destrozan los pronósticos y hacen valer su “pedigrí” en esa lid, olvidarían el disgusto de haber sido felinos de “Segunda”.
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