Quiso la casualidad que el Bicentenario de Nuestra América coincidiera en aniversario con el escarmiento de Playa Girón, donde mercenarios despedidos por Somoza pretendían limpiarles el camino a las tropas estadounidenses, para apagar un foco rebelde y tropicalizar la Guerra Fría.
Bien lejos de sus supuestos teatros de operaciones, en el Kremlin o la Plaza Roja, cocineros “arrepentidos” y “casquitos” con sotanas corrieron en desbandada entre el mangle miliciano. Ex batistianos, burgueses y terroristas engrosaron el contingente que desprestigió a la Administración Kennedy. Les causaba roncha eso de alfabetizar en el monte, repartir el latifundio o poner vacunas...
Días antes de la IX Cumbre del ALBA, Obama, sonriente de oreja a oreja, desayunó en casa de los Estefan (Gloria y Emilio), junto a otros comensales. Si en Caracas hablaron de unión y renacer, en Miami la sobremesa fue anticubana y recaudadora. Ellos incitan huelgas de hambre, pero se dan el atracón, el papel de kamikazes y blogueras calumniadoras que lo hagan otros; es más fácil enviar mensualidades, vivir del cuento de Hadas de Blanco, chillar desde Radio Martí y cantar en “motivitos hispánicos”, mientras deportan una pandilla (significado migratorio de familia) salvadoreña, enviudan las iraquíes, enlutan una boda afgana o muere un coyote (mexicano) en la frontera.
Las conmemoraciones del inicio de las luchas independentistas en 1810 tuvieron eco en Turquía, Egipto o China, lo que dice mucho de aquellos criollos que desacataron al Rey Fernando y dejaron de hincarse ante su alteza. Miranda, Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, forjadores de repúblicas. Otras generaciones les seguirían: Martí, Sandino, Allende o Torrijos. Ayacucho, Carabobo, Junín, Pichincha, Dos Ríos, La Moneda y el Canal de Panamá, las batallas son los siglos al pie del cañón o la disputa diplomática.
El Libertador nunca salió de su laberinto; en Santa Marta quedaron sus sueños integracionistas, que despertaron en el desfile cívico militar y las banderas latinoamericanas sin barras y estrellas o monarquías nostálgicas. Una nueva emancipación de soldados, ajenos a comandos antiguerrilleros, bases militares extranjeras y cursos pentagonales.
Bolivia organizó la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático, porque la Pachamama –la Madre Tierra– tiene hijos ingratos, bárbaros de tratamiento VIP (Gente Muy Importante), pero también concibió personas concientes, previsoras de la contaminación y el consumismo. El sabor amargo de Copenhague todavía está en el paladar medioambientalista.
Ya tuvieron oportunidades los ricos, ahora dejen dialogar a los pueblos. En Cochabamba debatieron desde el Sur, como para recordar los recursos naturales que han robado en dos centurias los actuales usurpadores; continuidad de una penetración aferrada al oro y la plata (ahora petróleo y gas), cual deslumbrados virreyes o capitanes generales.
Pero era preferible en pantalla el colapso en los aeropuertos europeos, llenos de pasajeros impacientes, a la espera del “adormecimiento” de un volcán islandés; el análisis repetitivo del esquema de Mourinho para desinflar al Barcelona en la Champions League, las pistas del ingreso hospitalario de Luis Miguel y el estreno de la adaptación cinematográfica de Alicia en el País de las Maravillas.
El Imperio arremete, sus detestables métodos tienen un solo objetivo, de-
sacreditar a la Revolución Cubana. Alienta el suicidio de delincuentes comunes, pues necesita “mártires” de su fracasada “oposición” interna. Organiza grupúsculos de mujeres, con el objetivo de efectuar marchas estériles. La hostilidad es feroz. Impulsa la subversión, una táctica empleada en cercenar el campo socialista de Europa del Este.
En la nutritiva reunión de Obama nadie mencionó el Bicentenario, a eso pónganle el cuño. Para qué importunar, la campaña mediática y el odio tenían prioridad entre café y café. Prometer votos en el Sur de la Florida –tradicionalmente republicano–, reforzar el Bloqueo y envenenar al Premio Nobel, ¿de la Paz o la Guerra?, fueron razones para enternecerse en hipocresías.
Después vinieron las Reflexiones de Fidel sobre la Hermandad y aterrizaron en Maiquetía: Raúl, Daniel, Correa, Evo, Gonzálvez…Cristina, y aplaudieron al Comandante Ramiro en la Asamblea Nacional, por sus vivencias en la Columna del Che. Chávez respondió solidario, porque en Caracas se esbozó por primera vez la idea de una sola patria. Y no habrá que esperar más, la posición futura es el hacer de hoy. Sigan desayunando, el Bicentenario atraganta.
viernes, 23 de abril de 2010
viernes, 9 de abril de 2010
Es mejor prevenir / Nelson Alejandro Rodríguez Roque
Expertos del departamento provincial de Sismología, perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones de la especialidad -radicado en Santiago de Cuba-, imparten conferencias a solicitud de entidades y organismos interesados en la vulnerabilidad ante ese tipo de fenómenos y la aplicación de políticas adecuadas de enfrentamiento.
Desde el 2000, el Departamento ha desarrollado seminarios, círculos de interés y simulacros de acciones en Holguín, Moa y Gibara, para perfeccionar la preparación en caso de terremotos e incrementar los conocimientos. Los sismómetros del mundo han estado alertas después de las fatalidades de Haití (12 de enero) y Chile (27 de febrero).
“La reducción de desastres adquiere una gran importancia. Los pobladores tienen que saber qué hacer antes, durante y después del sismo, porque es imposible pronosticar el momento de ocurrencia del mismo”, explicó el geólogo Nicolás Vega.
Los eventos telúricos suceden cuando las rocas no pueden retener determinada acumulación de energía y la liberan; son medidos en magnitud (escala de Richter) e intensidad, de acuerdo al efecto que provocan en personas e infraestructuras.
El movimiento en la falla de Bartlet -al Sur del país-, que se extiende desde el Paso de los Vientos hasta el Golfo de Honduras, causó la sacudida del 20 de marzo, con una intensidad de VI grados en la Escala Macrosísmica, perceptible principalmente en Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma, aunque también en localidades del Este de nuestro territorio e incluso el municipio cabecera.
Vecinos de Velasco y Bocas en Gibara, y otros sitios de la geografía tunera, sintieron un temblor el pasado 4 de marzo a las 11:14 pm, localizado en los 21.15 grados de latitud Norte y 76.38 de longitud Oeste, de magnitud 2.5 en la escala de Richter. Se trata de un proceso normal, según Vega, pues esa región está bajo la influencia de la zona sismogeneradora Cubitas y el planeta manifiesta su fuerza interna.
“Si desconoces la amenaza no te preparas”, comentó el especialista, que informó que anualmente son apreciables en la Isla unos 12 terremotos y mil 319 en el mundo, similares al del 20 de marzo en el área oriental. Ya desde principios del siglo XVI se reportan episodios telúricos cubanos.
La historia recuerda terremotos en la ciudad de Holguín (1912) y Gibara (1914), de IV y VII grados de intensidad, respectivamente, y un incremento de actividades sísmicas en Moa a partir de 1992.
Sin menospreciar niveles de vibración o lejanía cronológica, el personal de las tres estaciones sismológicas de la provincia observa con detenimiento cualquier anomalía y expande sus experiencias. Son momentos para pertrecharnos de reflexiones sobre el tema y no ver lo que ocurrió en Haití o Chile como premonición del maltratado calendario maya o escena del filme norteamericano 2012.
Desde el 2000, el Departamento ha desarrollado seminarios, círculos de interés y simulacros de acciones en Holguín, Moa y Gibara, para perfeccionar la preparación en caso de terremotos e incrementar los conocimientos. Los sismómetros del mundo han estado alertas después de las fatalidades de Haití (12 de enero) y Chile (27 de febrero).
“La reducción de desastres adquiere una gran importancia. Los pobladores tienen que saber qué hacer antes, durante y después del sismo, porque es imposible pronosticar el momento de ocurrencia del mismo”, explicó el geólogo Nicolás Vega.
Los eventos telúricos suceden cuando las rocas no pueden retener determinada acumulación de energía y la liberan; son medidos en magnitud (escala de Richter) e intensidad, de acuerdo al efecto que provocan en personas e infraestructuras.
El movimiento en la falla de Bartlet -al Sur del país-, que se extiende desde el Paso de los Vientos hasta el Golfo de Honduras, causó la sacudida del 20 de marzo, con una intensidad de VI grados en la Escala Macrosísmica, perceptible principalmente en Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma, aunque también en localidades del Este de nuestro territorio e incluso el municipio cabecera.
Vecinos de Velasco y Bocas en Gibara, y otros sitios de la geografía tunera, sintieron un temblor el pasado 4 de marzo a las 11:14 pm, localizado en los 21.15 grados de latitud Norte y 76.38 de longitud Oeste, de magnitud 2.5 en la escala de Richter. Se trata de un proceso normal, según Vega, pues esa región está bajo la influencia de la zona sismogeneradora Cubitas y el planeta manifiesta su fuerza interna.
“Si desconoces la amenaza no te preparas”, comentó el especialista, que informó que anualmente son apreciables en la Isla unos 12 terremotos y mil 319 en el mundo, similares al del 20 de marzo en el área oriental. Ya desde principios del siglo XVI se reportan episodios telúricos cubanos.
La historia recuerda terremotos en la ciudad de Holguín (1912) y Gibara (1914), de IV y VII grados de intensidad, respectivamente, y un incremento de actividades sísmicas en Moa a partir de 1992.
Sin menospreciar niveles de vibración o lejanía cronológica, el personal de las tres estaciones sismológicas de la provincia observa con detenimiento cualquier anomalía y expande sus experiencias. Son momentos para pertrecharnos de reflexiones sobre el tema y no ver lo que ocurrió en Haití o Chile como premonición del maltratado calendario maya o escena del filme norteamericano 2012.
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