Nelson Rodríguez Roque / ¡ahora!
Un deportista de la provincia obtiene un buen resultado y la afición lo admira; pero cuando de pelota se trata, la población convierte la hazaña en propia.
El lanzador derecho holguinero Luis Miguel Rodríguez Ricardo alcanzó, el pasado miércoles, la histórica cifra de cien victorias en Series Nacionales, una satisfacción que compensará de algún modo su omisión en la nómina de los equipos Cuba. Sin mucho ruido, había arribado también a los mil ponches el 26 de diciembre del 2006.
“El Conde” fue abordado por ¡ahora! .Respondió un extenso cuestionario sobre sus inicios en la pelota, momentos de júbilos o tristezas, secretos del arte del pitcheo y dilucidó el origen del sobrenombre, entre otros temas.
Confesó que es de poco hablar; pero, paradójicamente, el monticulista local más estable en cuanto a resultados, en los últimos años, contestó todas las incógnitas.
¿Cuándo y cómo comenzaste en el béisbol?
“Yo jugaba en el barrio por divertirme, me gustaban los jardines. En una ocasión actué como lanzador ante un equipo de ‘San Jerónimo’ y les propiné diez ponches. Ese día, Ernesto Polanco, pelotero de Báguano, me vio condiciones y habló con Héctor Peña, entrenador de pitcheo, para que me incorporara a la Academia Municipal. Tenía 17 años.
“Por mis resultados en los campeonatos provinciales juveniles, integré el equipo Holguín de esa categoría que obtuvo el último título nacional en 1991. En el mismo año, también estuve en la preselección holguinera primera categoría con vistas a la Serie Nacional; pero no hice el grado finalmente. Debuté en la 33.”
Obtuviste el primer triunfo personal ante Camagüey en la XXXIV Serie Nacional ¿Qué recuerdas de ese pleito?
“Rafael Castillo, entonces entrenador del cuerpo de lanzadores, me dijo que yo iba a abrir ante los ‘agramontinos’ en el estadio Cándido González. Me puse muy contento, el primer bateador que enfrenté fue Leonel Moa y lo ponché. Ganamos con marcador de dos por uno y me alcé con la victoria. Esa temporada obtuve cuatro triunfos y tres reveses.”
Tu principal lanzamiento es la curva. ¿Cómo has logrado esa especialización?
“Héctor Peña me enseñó a lanzar ese tipo de envío. Luego Orlando Figueredo y Rafael Castillo trabajaron el perfeccionamiento de la curva conmigo. En el ‘Latinoamericano’, en mis inicios en Series Nacionales, actuaba frente a Industriales y, al final del juego, Conrado Marrero se nos acercó a mí y a Castillo. El ‘Guajiro de Laberinto’ me aconsejó que lanzara lateral –yo lo hacía por encima del brazo– y así obtendría mejores dividendos. Buen consejo, se lo agradezco.”
¿Cómo es la relación con tus compañeros de equipo?
“Me llevo bien con todos, mas tengo excelentes relaciones con Orelvis Ávila, Juan Enrique Pérez y Reinaldo Silva.”
¿Cuál es el bateador que más daño te hace? ¿A qué equipos te gusta enfrentar?
“Al espirituano Frederich Cepeda le abro casi siempre debajo en el conteo, no le va a bolas malas, tiene una magnífica zona de bateo. Me cuesta sacarle out. Prefiero lanzarles a Industriales y Santiago de Cuba, por sus trayectorias y calidad.”
Memorias de las victorias y las derrotas…
“El segundo juego que le gané a Sancti Spíritus en el play-off final de la Serie 41. Es mi más grato recuerdo porque había perdido el primer encuentro. Con las derrotas prefiero no apelar a la memoria y dejar en el olvido un juego que perdí ante Campechuela, municipio perteneciente a la provincia de Granma, en 1995, durante el Torneo Nacional de Clubes Campeones.”
Estuviste a las puertas de un no hit no run ante el poderoso Ciego de Ávila. ¿Qué sucedió?
“Me puse bruto. Le íbamos ganando por KO a los avileños y Roger Machado me conectó un doble en el séptimo inning, con un envío por encima del brazo, cuando le tenía que haber lanzado lateral; pero ese año le regalamos a la provincia el título en el campeonato.”
A pesar de obtener buenos resultados en cuanto evento actúas en el país, nunca has integrado el equipo Cuba. ¿Qué me dices al respecto?
“Han sido injustos conmigo, he integrado preselecciones nacionales y jamás he compuesto el equipo definitivo. Previo al Clásico Mundial entrené muy bien, no me conectaron hits en la preparación; para el Torneo de Harlem de este año, lo mismo. Al final no me explican las razones de estas decisiones.”
¿Qué piensas de la actuación de Holguín en esta Serie?
“Tengo mucha confianza en el equipo. Nos hemos preparado bien y hay disposición. El pitcheo vuelve a resultar nuestro departamento más fuerte. La incondicional afición holguinera puede esperar que borremos la actuación de la temporada anterior.”
Lograste llegar a los cien triunfos y mil ponches en Series Nacionales. ¿Qué representa para ti?
“Es algo muy grande porque las Series Nacionales son cada día más competitivas y ha aumentado la calidad de los jugadores. Me convertí en el tercer holguinero en alcanzar esas cifras, antes lo lograron Rafael Castillo y Oscar Gil. Constituyen metas que estimulan a seguir luchando por el equipo Holguín y por cumplir el sueño de integrar una selección cubana.
“Dedico esas marcas a mi hija de tres años, a mi padre que falleció en enero del 2006 y a toda mi familia. También a los seguidores de la pelota en la provincia.”
¿Por qué el “Conde de Báguano”?
“Ese sobrenombre lo creó el comentarista Ernesto Rondón. Creo que por mi origen y el apego a Báguano, donde nací. La gente de allí me quiere bastante; aunque actualmente vivo en Holguín. Yo no tengo nada de conde.”
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