Mi barrio sintió el colapso de la Unión Soviética. El Bloqueo impactó la armonía hogareña. Para disfrutar las Aventuras, los niños nos congregábamos cada noche frente al televisor Krim, que se veía gracias al acumulador de un Chevrolet ’57. Esa mezcla nunca la pronosticaron Reagan y Gorvachov, cuando su amistad peligrosa puso “fin” a la Guerra Fría. Los apagones crearon expectativas en Miami y dejaron a muchos con el equipaje hecho.
Algunos escogieron los remos y pararon en la ilegal Base Naval de Guantánamo, la cual concentró a refugiados kosovares y náufragos haitianos. El sitio donde la tortura interroga al Islam y que planean clausurar para ocultar las manchas de sangre. En agosto de 1994, el autor de las Reflexiones le salió al paso a una minoría de delincuentes y el pueblo lo escoltó con un Cuba Va.
La Revolución se había quedado casi sola, como en los tiempos de la OEA de 1962. Contradictoriamente, llegaban al país donaciones provenientes de EE.UU., pues los Pastores por la Paz discutían con la Border Patrol (patrulla fronteriza) y cruzaban los límites con México cargando sillas de ruedas o computadoras.
Resistieron los hombres de bicicletas Bariay y las mujeres que buscaban el litro de yogurt de soya cada mañana. Los que ignoraron las fotos grotescas, cuyo contenido recreaba refrigeradores repletos de manzanas o huellas sobre la nieve de Kentucky. Pero esa etapa dura del Período Especial sirvió para inculcar el optimismo de los siete fusiles de Cinco Palmas. Teníamos que reponernos o de lo contrario el Monstruo abría sus fauces.
Entre los años 2004 y 2005, el Sistema Electro Energético Nacional tuvo serias afectaciones y dos importantes termoeléctricas sufrieron averías. La misma gente del ’93 se reunió alrededor de un radio Pionero y escuchó la final del béisbol de la Olimpiada de Atenas. Las lámparas recargables ampararon las noches y volvió el “alumbrón”, “antónimo” de apagón. En la Mesa Redonda, el Comandante en Jefe imaginó una Revolución Energética que en la práctica funciona.
La tropa de Trabajadores Sociales dispersó sus fuerzas de San Antonio a Maisí. Panda, Haier, ollas reinas y arroceras, calentadores, hornillas eléctricas, aires acondicionados y otros equipos, fueron entregados a la población con facilidades de pago. Los grupos electrógenos echaron a andar y se hablaba en kilowatts (KW) o megawatts (MW). Hasta los bombillos se sustituyeron y la experiencia iluminó los cerros de Caracas, el Altiplano boliviano y las islas vecinas del Caribe. Levantamos las quijotescas torres del parque eólico de Gibara e instalamos paneles solares en escuelitas del Plan Turquino. El 17 de enero de 2006, en Pinar del Río, Fidel definió la estrategia a seguir y sugirió diversas medidas que debemos releer.
Hasta el cansancio recordaremos las 40 mil toneladas de combustible que sobreconsumimos en el primer cuatrimestre de 2009. Esto da un total de 159 mil MW/h derrochados. En lo adelante cada provincia, municipio, centro y área laboral tendrá una cifra de cumplimiento. Las consecuencias recaerán en los sectores estatal y residencial, si ambos continúan despilfarrando. Las violaciones van desde una oficina climatizada sin hermeticidad hasta los fraudes en metrocontadores. La batalla se pelea en fábricas y viviendas. Una sola red de distribución, que todavía sea anticuada e ineficiente, constituye un salidero de dinero.
Cuba dispone de suficiente capacidad de generación. Es por eso que las metas productivas pueden vencerse. Aunque la utilización de los recursos tiene que ser racional. Algunas voces irresponsables han anunciado el regreso del fantasma de la oscuridad, como para crear incertidumbre o desespero antes de comenzar la temporada de julio y agosto, cuando muchos cubanos aprovechan las vacaciones. Alimentan el pánico de la población, que no se deja engañar y calcula las erogaciones por los efectos de la Crisis Económica Mundial; hace la conversión y sustituye los MW por alimentos.
“Tú puedes llegar, pero no te pases”, aclara la letra de un tema del Trabuco de Manolito Simonet. Cavilamos sobre el problema del período de enero a abril y el plan de ahorro se tararea. Quiere decir que podemos gastar lo que poseemos, cruzar la raya significaría retroceder al pacto entre el Krim y el Chevrolet.