La llama eterna recorre el orbe. El fuego partió de Atenas y llegará a Beijing, China, para acompañar la liza olímpica, entre el 8 y el 24 de agosto. Una gran cadena de relevos, que transporta la antorcha, vivifica la antigua tradición griega. “Viaje de la armonía”, así han bautizado al trayecto.
El mal tiempo reinante en la ciudad “helénica” no impidió el desarrollo de la ceremonia, que según la leyenda, tiene que llevar “el visto bueno de los Dioses del Olimpo”. Aunque el misticismo, al parecer, dio el consentimiento, elementos terrenales truncan la paz y piden el boicot del festín.
Desde el año 2001, Beijing fue designada como sede de los Juegos Olímpicos del 2008; pero, a escasos meses de la apertura y con marcada intención, la cruzada internacional en descrédito de la magna cita se acrecienta. El montaje tenía antecedentes, pues “sesudos” activistas habían acusado al estado chino de violación de los derechos humanos, censura de prensa, política de persecución, pena de muerte…un perfecto conjunto propagandístico.
Luego vinieron las críticas medioambientales de la milenaria urbe, ya que los índices de contaminación estaban elevados; mas el laborioso pueblo oriental resolvió el contratiempo con áreas verdes y medidas audaces.
La organización Reporteros Sin Fronteras, dirigida por el iracundo Robert Ménard, ha sacralizado las recientes protestas acontecidas en el Tíbet, cuyas finalidades persiguen alimentar movimientos separatistas, que empinen al Dalái Lama, premio Nóbel en 1989, gracias al apoyo de la CIA y los medios de comunicación. Instituciones occidentales han comparado al Dalái con Mahatma Ghandi, en alusión a su autoproclamada resistencia pacífica, algo que ni ellos mismos pueden demostrar.
Steven Spielberg, cineasta norteamericano, renuncia al puesto de asesor de los organizadores; el presidente francés Nicolás Sarcozy, “figura” constante de las revistas del corazón, comunica que no estará presente en la ceremonia inaugural, en claro respaldo a la bravura tibetana; George Bush también se “hermana” a la iniciativa secesionista y Hillary Clinton aprovecha la coyuntura para reclamarle una actitud enérgica al “Vaquero”. Mc Donald’s, Coca Cola y otras empresas expresan preocupación por las aterradores reducciones de ganancias.
Sin embargo, Cuba ha reaccionado ante la desfachatez, el Gobierno Revolucionario expuso, mediante un comunicado, su desaprobación por los actos de agresión a 19 embajadas y consulados chinos, y reconoce la responsabilidad con que el Comité Organizador de la justa ha laborado durante la preparación del certamen.
En sus visionarias reflexiones, el Comandante en Jefe escribió: “La campaña orquestada contra China es como un toque de clarín llamando a degüello para deslucir el merecido éxito del país y su pueblo como anfitriones de los próximos Juegos Olímpicos”. Esa es la esencia del aspaviento de los “guerreros de Buda”, incitado por pseudodemócratas.
Hasta el Everest, la mayor elevación del planeta, situada en el Tíbet, llegará la antorcha olímpica a principios de mayo; otro acontecimiento de envergadura que nunca se ha realizado. La sapiencia de los pobladores de la patria de Mao Zedong amenaza los intereses y la supremacía norteamericana o europea.
A no dudar, el medallero general de la venidera cita veraniega sufrirá cambios. Cerca de 570 disciplinados deportistas del “Gigante Asiático” opacarán a las potencias, que advierten la hecatombe y atacan al “Dragón”.
Luego vinieron las críticas medioambientales de la milenaria urbe, ya que los índices de contaminación estaban elevados; mas el laborioso pueblo oriental resolvió el contratiempo con áreas verdes y medidas audaces.
La organización Reporteros Sin Fronteras, dirigida por el iracundo Robert Ménard, ha sacralizado las recientes protestas acontecidas en el Tíbet, cuyas finalidades persiguen alimentar movimientos separatistas, que empinen al Dalái Lama, premio Nóbel en 1989, gracias al apoyo de la CIA y los medios de comunicación. Instituciones occidentales han comparado al Dalái con Mahatma Ghandi, en alusión a su autoproclamada resistencia pacífica, algo que ni ellos mismos pueden demostrar.
Steven Spielberg, cineasta norteamericano, renuncia al puesto de asesor de los organizadores; el presidente francés Nicolás Sarcozy, “figura” constante de las revistas del corazón, comunica que no estará presente en la ceremonia inaugural, en claro respaldo a la bravura tibetana; George Bush también se “hermana” a la iniciativa secesionista y Hillary Clinton aprovecha la coyuntura para reclamarle una actitud enérgica al “Vaquero”. Mc Donald’s, Coca Cola y otras empresas expresan preocupación por las aterradores reducciones de ganancias.
Sin embargo, Cuba ha reaccionado ante la desfachatez, el Gobierno Revolucionario expuso, mediante un comunicado, su desaprobación por los actos de agresión a 19 embajadas y consulados chinos, y reconoce la responsabilidad con que el Comité Organizador de la justa ha laborado durante la preparación del certamen.
En sus visionarias reflexiones, el Comandante en Jefe escribió: “La campaña orquestada contra China es como un toque de clarín llamando a degüello para deslucir el merecido éxito del país y su pueblo como anfitriones de los próximos Juegos Olímpicos”. Esa es la esencia del aspaviento de los “guerreros de Buda”, incitado por pseudodemócratas.
Hasta el Everest, la mayor elevación del planeta, situada en el Tíbet, llegará la antorcha olímpica a principios de mayo; otro acontecimiento de envergadura que nunca se ha realizado. La sapiencia de los pobladores de la patria de Mao Zedong amenaza los intereses y la supremacía norteamericana o europea.
A no dudar, el medallero general de la venidera cita veraniega sufrirá cambios. Cerca de 570 disciplinados deportistas del “Gigante Asiático” opacarán a las potencias, que advierten la hecatombe y atacan al “Dragón”.
